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1 de mayo: contra la privatización, el despojo y la represión

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Foto tomada de Weichafe Comunicación Popular

https://www.youtube.com/user/weichafeCP/feed

1 de mayo de 2016

La protesta social en Colombia ha sido duramente reprimida a sangre y fuego por quienes detentan el monopolio legítimo de la violencia y por la mano criminal que les respalda por lo que salir a manifestar inconformidad en este país ha sido desde siempre un deporte de alto riesgo. Si consideramos que tenemos el cuerpo policial de control de multitudes con más violaciones a los derechos humanos en la región y uno de los más violentos del mundo, con hechos que van desde detenciones arbitrarias hasta asesinatos a sangre fría y violaciones, pasando por amenazas, destrucción de propiedad privada e intimidación, entenderemos porque se ha ido configurando en Colombia una incapacidad de expresarse más allá de las multitudinarias tomas ciudadanas de las calles.

Inicialmente, el primero de mayo es una fecha para conmemorar a los mártires de Chicago y las victorias que el movimiento de los trabajadores ha logrado durante los últimos 100 años de expansión fundamentalista del capitalismo salvaje, a la que se han sumado numerosas demandas sociales que dan cuenta de la precarización del mundo laboral, la discriminación y exclusión de las mujeres, la deslocalización del capital y la financiarización de la economía, fenómenos estos que dan cuenta de las perversas lógicas que atraviesan el día a día del mundo globalizado. Cada vez más se parece una metáfora hiperrealista del averno y que nos tienen en pleno siglo XXI, frente a un panorama en el que el primero de mayo no solo reivindica los reclamos de justicia y dignidad laboral: se trata de una fecha simbólica en la que confluyen los múltiples descontentos en contra del sistema de producción, el militarismo y el patriarcado, ese día la pobrería se toma las ciudades y se hacen visibles la juventud sin futuro, las mujeres, los afrodescendientes, el sector LGBTI, los desempleados, los parias y los espurios de esta sociedad de consumo, para recrear -con bandera en mano- que los feos somos más y que la plata en este mundo del señor esta no solo mal repartida sino repugnantemente concentrada en unas pocas manos. El primero de mayo de cada año tiene lugar la más grande concentración de los nadies y por eso la tierra tiembla…o debería temblar.

Resulta imposible hacer la comparación de esta fecha con las jornadas electorales que marcan el más alto punto de la acción ciudadana en el marco de nuestra democracia participativa; en ambos casos – las elecciones y el primero de mayo- se asiste a un fervor popular digno de admiración y respeto, parece que todo puede ser posible y como en una suerte de noche de walpurgis se abren las puertas de la digna rabia popular y se desata el carnaval supremo de la democracia y el poder popular y parece que -al menos en apariencia- todo puede ser posible. Durante un largo periodo de tiempo – 4 años en las elecciones y 1 año para el primero de mayo- se preparan pancartas, carrozas, globos de papel, chapolas, se brillan las botas del bloque negro, se imprimen pancartas del partido comunista, se tejen alianzas y se componen arengas, todo para que el día decisivo, sea aplastante la expresión del pueblo en las calles y cuando todo el material publicitario se ha quemado, cuando todas las gargantas están secas y roncas, cuando cae la noche otra vez sobre las mismas calles vacías, desaparece la ilusión de cambio, queda flotando en el ambiente un tufo de estado de sitio, un regusto a ley seca que nos recuerda que en este país las marchas son acalladas y los muertos siguen apareciendo en los titulares del día siguiente. Serán las granadas de dispersión las que cierren unas jornadas de un día por conmemorar.

La gente tiene miedo, por eso marcha solo en número de miles, la gente sabe que al que habla lo matan, la gente sabe que en las noticias solo sale que hubo bloqueos o disturbios y que la policía al terminar la marcha estará apostada en las esquinas para golpear o desaparecer las caras más visibles de la jornada, por eso, antes o después del primero de mayo es muy difícil que las manifestaciones sean multitudinarias, tenemos miedo porque sabemos lo que pasa cuando se desafía al poder y por eso, el primero de mayo parece ser el momentos para reafirmar solidaridades más allá de lo puramente coyuntural. En esta fecha recordamos que el gobierno roba, la policía mata y la prensa miente y que no es un hecho fortuito, es la realidad del día a día en este país en el que solo la acción colectiva brinda algún refugio para las voces disidentes. Es una fecha en el que recordamos no sólo al sindicalista caído por el terrorismo de Estado sino también que es la vida precisamente la que nos deben y que seguiremos luchando por nuestros propios sueños.

Este año 2016 es particularmente significativo en Bogotá. Después de varias jornadas de mayo sin disturbios notorios y con los más bajos niveles de violencia de los últimos 10 años producto de la instalación de mesas de diálogo y concertación entre las centrales obreras, las plataformas sindicales y los movimientos sociales y la fuerza pública, mediadas por la administración distrital, que permitieron mantener a raya a los asesinos del estado. Este primero de mayo volvemos a las calles con un gobierno privatizador, mentiroso y corrupto, que tiene siempre a flor de labios la respuesta insultante y el golpe homicida, este primero de mayo no existe la ficción conciliadora del estado social de derecho, este primero de mayo las cosas son a otro precio y sabemos que hay fuerzas oscuras que esperan para asestar otro golpe mortal a la paz, sin embargo y muy a su pesar, la vida y la alegría se levantan siempre de las cenizas y pase lo que pase este primero de mayo, si hay motivos para llorar al día siguiente. No podrán acallar la digna rabia del pueblo, porque ahora más que nunca, hemos dejado de tener miedo y por cada muerto que nos pongan, haremos mil marchas, cada día más concurridas y cada vez más cerca de tomar los palacios y los bancos, porque no podemos soportar más, este orden de cosas que solo asesina, desplaza y despoja.


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